Acabamos de cumplir un año desde que decidimos lanzarnos a esta difícil aventura de emprender y abrirnos nuestra propia agencia de comunicación y marketing. Podemos decir no sólo que hemos sobrevivido sino que hemos aprendido muchas cosas durante estos doce meses y que nos espera un 2016 con muchos y nuevos desafíos por delante.
Para cuatro periodistas que veníamos del mundo de los medios de comunicación, acostumbradas a trabajar por cuenta ajena, con la presión del cierre diario de un periódico, la inmediatez de un diario digital o una red social o el directo y la necesidad de síntesis de una radio, sí, pero sin estar en todas las etapas de decisión que conlleva una empresa, ha sido todo un doctorado. De las experiencias que te enseñan mucho más que cualquier master.
Pero en el fondo, lo que hacíamos antes y lo que hacemos ahora tienen el denominador común de las historias que podemos contar, trátese del sector que se trate. Este tiempo lo hemos hecho con asesorías fiscales, agencias de investigación de mercados, consultoras de seguridad vial, empresas de seguridad informática, artistas, políticos de diferentes colores, restaurantes, despachos de abogados, tiendas de sex shop, marcas de snacks, fabricantes de scooters míticas… Da igual a lo que se dediquen las empresas o personas que confían en nosotras, porque detrás de cualquiera de ellas existe las macro y micro historias que alimentan su día a día. En post de Facebook de apenas unas líneas, en extensas entradas de blog, en fotos o vídeos, en 140 caracteres, intentamos compartir lo que les mueve a hacer lo que hacen y cómo lo hacen. Transmitir los valores y el universo de cada marca con el foco puesto en quien pueda interesarle aquello a lo que cada una se dedica.
Pero este post venía a cuenta de las doce enseñanzas, una por cada mes, que nos ha dejado este primer año de vida…
- La primera es que a los lectores les encanta esto de las listas, y por eso hemos elegido este titular (no podemos dejar de hacer SEO ni en un post de sincera confesión).
- La tarea de ejecutivas de cuentas, del trato diario con el cliente es muy dura y por momentos ingrata, pero trabajando con seriedad, constancia y compromiso, nos ha dado como resultado el reconocimiento de nuestros clientes. No sólo que ninguno se ha ido hasta el momento, sino que son ellos mismos quienes nos hacen llegar cuentas nuevas. El boca a boca, siempre tan importante.
- Nos resulta crucial poder trabajar con empresas o marcas de calidad, sin importar el tamaño que tengan. Porque es casi imposible o por lo menos frustrante transmitir valores de compañías que no los tienen. Comunicar es posible si tienes un proyecto consistente detrás. Por eso nos parece importante no sólo que los clientes nos elijan, sino también poder nosotras decidir con qué marcas queremos trabajar. Por poner un ejemplo, llevar las redes de un restaurante que atiende mal a sus clientes o da un servicio que deja que desear será una lucha constante contra las críticas y los malos comentarios.
- Una gran parte de las horas de trabajo se la llevará el tener que pasar presupuestos de marketing digital o de gabinete de prensa, o de ambos, que caerán en saco roto, incluso después de haberte desplazado y tenido reuniones a muchos kilómetros de distancia. Pero no hay que desanimarse e intentar automatizar lo máximo posible este procedimiento, para que nos ocupe el mínimo de horas indispensables. E incluso no tener miedo de proponer encuentros vía videoconferencia que nos ahorren tiempo y dinero.
- ¿Qué empresa no quiere estar en las redes sociales y medios? Grandes, medianas y pequeñas. Todas quieren estar, e incluso cuando les preguntas a sus responsables qué objetivo persiguen con ello y les nombras un abanico de opciones, las escogen todas. Pero lo cierto es que muy pocas están dispuestas a pagar por ello. O muy pocas están dispuestas a pagar lo que realmente valen estos servicios.
- Ojo con las ideas que vuelques en las propuestas de comunicación. Intenta ser lo más sintético y no des demasiadas pistas sobre qué harías y cómo lo harías, porque no es raro que se queden con ellas pero sin tus servicios, aunque a la hora de ponerlas en práctica se note que no lo hace un profesional.
- Cuando se trata de clientes pequeños o de los que todo este mundo les suena extraño y ajeno, es mejor empezar por plantearse objetivos cortos y abarcar pocos canales. A medida que van viendo logros, ya ni hace falta convencerles de ampliar el espectro, lo piden ellos mismos. Hay quienes no tienen ni página web..
- Del anterior aprendizaje se desprende otro, y es que para un plan integral de comunicación siempre es mejor arrancar desde una web o blog en el que poder volcar y dinamizar los contenidos propios y de calidad.
- No todas las redes sociales son para todos los negocios. En el momento de elegir por qué canales comunicar, sobre todo cuando se trata de pequeñas y medianas, con presupuestos ajustados, hay que fijarse las metas, el público objetivo y ver en qué lugares podemos encontrarlo para focalizar todos nuestros esfuerzos allí donde hallemos mejores respuestas y retornos.
- Hay muchos tipos de clientes con los que nos toca y tocará trabajar. Por eso es muy importante adaptarse a cada uno, pero siempre intentando que se involucren en la persecución de los objetivos trazados. Un jefe comprometido con el proyecto intentará también contagiar a socios, empleados, proveedores y clientes. Están los que te contratan y se desentienden de tu tarea y uno puede pensar que está bien, porque te deja hacer. Pero el mensaje tendrá mucho más alcance y propagación con clientes implicados, que siguen tus acciones, te mantienen al tanto del día a día de la compañía, proponen ideas y comparten las acciones.
- Así como las reuniones con posibles clientes que no logras captar te dejan la sensación de tiempo perdido, resultan muy útiles los encuentros periódicos con los que ya estás trabajando, para corregir tendencias, obtener feedback, empaparte a fondo de los valores de la empresa, analizar datos, fijar objetivos…
- Hay que aprender a valorar nuestro trabajo. Es difícil ponerle un precio al tiempo y los conocimientos, que es al final lo que vendemos, pero tenemos que intentar calcularlo en base a los horas que le vamos a dedicar. Y no nos dejemos engañar por aquellos que creen que este trabajo se lo puede hacer gratis un amigo, o que alguien le dijo que con 10 eurillos en Facebook se pueden conseguir maravillas. Si piensan así y les resulta tan simple que lo intenten por sus propios medios. Nosotras estamos convencidas de que cuando de verdad se nota el trabajo es cuando lo haces bien y de la manera más profesional posible.
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