La gente anda diciendo que hay una página en Facebook que tiene mas de tres millones de seguidores y que cada publicación puede conseguir 30.000 ‘me gusta’ sin apenas pestañear. El sueño de muchas marcas y de no pocos sesudos directivos, especialistas en el marketing de contenidos. Y no es la fan page de ningún actor famoso ni futbolista consagrado, no. Es otro más de los ejemplos acerca de lo atractivo y viral que puede llegar a ser un relato interesante.
Se trata de un muro en el que solo se pueden leer frases. Si son de los que detestan esos carteles con reflexiones de autoayuda que tanto se comparten en la red de Marck Zuckerberg, no se vayan, no estamos hablando de eso.
La gente anda diciendo, que así como empieza este post se llama el proyecto, recopila desde hace dos años y medio pedacitos de conversaciones que cualquiera de nosotros escuchamos en el tren, el autobús, el bar o en la calle y que cobran vida en una página de Facebook.
Ezequiel Mandelbaum y Tatiana Goldman quedaron un día a tomar algo en un bar porteño y, de repente, se vieron haciendo silencio para prestar atención a la conversación que les llegaba de la mesa de al lado. Era una pareja hablando sobre la infidelidad. Una de las afirmaciones les llamó mucho la atención. Al salir de allí y pasar frente a un taller mecánico, vivieron idéntica situación con la charla que mantenían dos hombres sentados en la acera tomando mate. Su propio diálogo derivó en por qué no plasmar un día todos esos dichos, que con total seguridad a todos nosotros nos atraparon alguna vez también, en un libro.
“El sueño grande e inicial era publicar un libro que sirviera de registro de la época, una especie de foto de cómo hablamos en determinada etapa de nuestra historia. Empezó como algo lúdico. Durante nueve meses volcamos las frases que íbamos apuntando en un Google.doc. Cuando las leímos todas juntas era interesante, entretenido. Fue ahí que nos preguntamos: ¿qué pasa si las compartimos?”, cuenta Ezequiel vía Skype, desde Argentina.
Así crearon la fan page de Facebook, colgaron 15 frases, mandaron invitación a sus amigos y se fueron tan tranquilos a continuar con sus obligaciones diarias. Al día siguiente tenían 500 seguidores. El contenido se empezó a viralizar y ya no pararon de sumar adeptos hasta hoy, que cuentan con más de 3.700.000 en Facebook y más 333.000 en Twitter @gentediciendo. “De repente nos vimos responsables de un espacio web con miles de fans y que recibe unas 500 frases por día”. Y ahí puede estar la segunda clave de tan enorme éxito. La gente se adueñó enseguida del proyecto y se convirtió no solo en espectadora sino también en protagonista. Porque La gente anda diciendo se alimenta de los diálogos que cualquiera de nosotros escucha por ahí. Y sin proponérselo, Ezequiel y Tatiana se convirtieron en un buen ejemplo de marketing de contenidos.
“Es importante que las frases sean ciertas, no impostadas, y que no sean chistes ni frases de película. Cada una que llega la googleamos para comprobar que no está sacada de ningún sitio, más allá de que ya tenemos la percepción entrenada para darnos cuentas de las auténticas. Suelen ser buenas, divertidas, profundas, pero sobre todo fuera de contexto y te quedan resonando”, explica Ezequiel.
El amor, los celos, la amistad, la incomprensión, las relaciones de pareja y entre padres e hijos son los grandes temas que Ezequiel y Tatiana identifican como común denominador de las charlas que más enriquecen sus páginas. El contenido estaba servido. La constancia, la regularidad, el cuidado en el filtro y la presentación de cada una de las citas hicieron el resto. Sin olvidar el papel que juegan las redes sociales, vehículos imprescindibles a la hora de viralizar los mensajes. Porque la idea es genial, claro, aunque, como señala Mandelbaum: “es una idea más de las que puedes tener, o algo que se le pudo haber ocurrido a mucha gente, pero lo que la hace especial es haberla llevado a la práctica y hecho realidad”.
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