Móviles curvos, gadgets con estilo, cámaras de vídeo que se agarran con dos dedos y muchas, muchas gafas 3D que transportan al usuario a una dimensión desconocida. El Congreso Mundial de los Móviles 2015 o, lo que es lo mismo, el MWC, convirtió a Barcelona en el epicentro de la tecnología. Esta es la crónica de lo que Plot Comunicación vivió durante unas horas en la ciudad de Babel.
-¡Hello! Excuse, do you know…?
-Spanish?
-Yess! ¡Quiero decir, sí!
Topar con un español en el Mobile World Congress es tan improbable como ver una estrella fugaz en el sucio cielo de cualquier urbe sin utilizar la realidad virtual. Pero a veces, el milagro ocurre y topas con un compatriota que, estando en Barcelona, habla el mismo idioma que tú. ¡Menuda ilusión!
Pasear por el MWC, recorrer los ocho pabellones que ocupan la feria tecnológica más importante del año en nuestro país y escuchar las conferencias de algunos de los personajes que, sin duda, han marcado y marcarán el siglo XXI (Marck Zuckerberg, CEO de Facebook, o Jimmy Wales, creador de Wikipedia) ha sido una experiencia que jamás olvidaremos.
Más de 2.000 empresas del sector de la tecnología mostraron su producto y servicio al mundo. Porque el móvil, aunque protagonista indiscutible de la cita (por algo lleva su nombre), empieza a ceder espacio a otros artilugios que poco o nada tienen que ver con él. Desde gadgets wereables y con mucho estilo (smart watch, bolsas impermeables para seguir conectados incluso debajo del agua) hasta cuerdas que cuentan, de forma automática, los saltos que llevas en tu entrenamiento (y la app correspondiente para controlar las calorías quemadas vía móvil, por supuesto) o cámaras de vídeo y fotografía diminutas, capaces de grabar o capturar instantáneas de 360 grados pulsando un botón con el pulgar. Simplemente geniales.
Realidad virtual, lo que nos espera
Pero si los smartphones son la razón de ser del Mobile World Congress, las gafas y auriculares inteligentes 3D van ganando protagonismo a pesar del aparente batacazo que se han dado algunas marcas de televisión apostando por las tres dimensiones. La tentación de colocarse esas gigantescas lentes opacas sin saber qué encontraremos al otro lado es, simplemente, irresistible. Si a lo visual se suma el efecto sonoro, envolvente y nítido gracias a unos cascos de alta definición, la sensación de ocupar, por ejemplo, una butaca en el cine en lugar de permanecer en una silla del MWC, rodeada de gente y de bullicio es tan real que cuesta pensar lo contrario.
Ya lo dijo Marck Zuckerberg, el CEO de Facebook, durante su conferencia y Q&A (Question and Answers) del Mobile World Congress. El empresario pronosticó que el próximo contenido compartido en su red social será, precisamente, la realidad virtual. ¿En serio, Marck? Bueno, echando la vista atrás la evolución de nuestro contenido ha sufrido una transformación profunda: en apenas unos años hemos pasado dando importancia al texto, para posteriormente preferir la imagen, el vídeo (el estadio en el que nos encontramos en estos moentos) y en un lustro o década, según Zuckerberg, la realidad virtual, la cual ofrecerá experiencias inmersivas tan creíbles como increíbles.
Más allá de la tecnología que nos acompañará, como mínimo, durante los próximos 365 días, el MWC nos ha cautivado por un sinfín de detalles que convierten al evento en una cita única: por sus cargadores solares repartidos entre las separaciones de los halls, por los espectáculos programados, incluidos los de flamenco, por el mimo de Cristóbal Colón, señalando el horizonte o, quién sabe, hacia dónde dirigir nuestros pasos pero, sobre todo, el Mobile World Congress nos ha conquistado por su capacidad de concitar a más 85.000 personas de 200 nacionalidades diferentes. Lo que el móvil ha sido capaz de unir que no lo separe nadie.
Deja tu comentario