Los usuarios de Instagram nos hemos despertado hoy con la noticia de que la red social de fotografía que crece a pasos agigantados ha cambiado su estética. El ícono de la aplicación que llevamos en el teléfono, esa ya tan característica máquina fotográfica ha cambiado sus colores y suavizado su diseño.
“El icono de la aplicación se ha actualizado e, inspirado por el anterior, ahora representa una cámara más sencilla con un degradado de los colores del arcoiris”, dice el correo electrónico que anuncia los cambios. La nueva apariencia se puede ver al actualizar la app.
No ha sido la única novedad. También sus responsables han modificado la apariencia interna de la aplicación, aunque sin alterar la forma de utilizarla. “Su nuevo diseño, más simple, se centra en las fotos y los vídeos”, dicen.
Como con todos los cambios de diseño, la primera impresión suele ser, “por qué lo han hecho”, “con lo bonita que era la otra forma”, etc. Pero, como también suele ocurrir, no nos costará a los usuarios mucho tiempo acostumbrarnos a este diseño más minimalista, más limpio y blanco. Instagram ha perdido colores, pero más que seguro seguirá ganando usuarios y creciendo como escaparate de restaurantes, tiendas y todas las empresas que tengan algo para decir a través de las imágenes.
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