Una noticia publicada el pasado 5 de julio en Marketing News puso en palabras una pregunta que, como agencia de marketing y comunicación nos hacemos a diario. El artículo hacía referencia al estudio Los Medios y su público: ¿las redes sociales propician el diálogo? y su principal conclusión señalaba que los medios de comunicación no usan sus perfiles o cuentas en las principales redes sociales con el objetivo de dialogar o debatir con su público, sino que más bien utilizan estas plataformas online como “quioscos” digitales donde promocionar sus noticias y poder así llegar a una audiencia mayor.
Si bien la investigación estaba enfocada a medios, la pregunta en cuestión se puede extrapolar con facilidad a las marcas con presencia en las redes sociales en general, y en Twitter en particular, la plataforma de conversación por excelencia. Pero, ¿de verdad se conversa en Twitter?, ¿se preocupan las empresas por interactuar o sólo se limitan a lanzar tuits con enlaces a sus webs que aumenten el tráfico y que incrementen sus estadísticas, sin prestar ninguna atención a las cuentas que siguen o les siguen?
Como responsables de gestionar los perfiles sociales de distintas compañías, es una duda que nos asalta con frecuencia. Una de las principales desafíos de un community manager es precisamente ser capaz de generar ese diálogo, no sólo limitarse a llenar su TL de publicidad propia. Puede que muchos se conformen con programar tuits y dejar que se publiquen, pero no es lo que en Plot Comunicación entendemos por una tarea bien hecha. En las redes no sólo hay que estar, cosa que la mayoría de marcas ya dan por descontado, sino también, y cada vez más, saber estar.
Cada perfil tiene que tener una identidad y un tono propios, que se condigan con los valores y la personalidad de la empresa. Y no es lo mismo llevar las redes de una gran cuenta que sólo por su nombre tendrá miles de seguidores que la de una pequeña tienda o empresa, pero si queremos captar la atención de nuestros seguidores y ayudar a crear una buena imagen de marca, es fundamental la constancia y la interacción. Y no nos referimos sólo a responder a las menciones con un ‘Me gusta’ o retuitear respuestas, sino a ser nosotros mismos los provocadores de charlas, aportando valor con comentarios, reflexiones y enlaces a los tuits ajenos que nos resulten interesantes.
Muchas veces da la sensación de que el ego es el que manda en Twitter, el que no permite dar rienda suelta a la charla y el intercambio, como si el hecho de relacionarte con otras cuentas menoscabara nuestro prestigio, cuando la esencia de esta red de microblogging es todo lo contrario. Soltar la perorata y conseguir muchos corazones y retuits está muy bien, pero mucho mejor está hacer sentir a quienes nos siguen que hay alguien detrás de quien escribe esos 140 caracteres que está pendiente de la repercusión y las respuestas así como de lo atractivo que el resto de la comunidad tenga para decir y ayudar a amplificar ese mensaje.
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